A poco que se esté un poco atento a la lectura de noticias, con independencia de que se trate de un medio digital o impreso, es fácil que nos topemos con alguna referente a contraseñas comprometidas o robadas. Francamente robadas suena más directo que “comprometidas” aunque refleja mejor el vínculo virtual, que llegado el caso solo sería por la fuerza entre nuestra identidad y todo aquello a lo que da acceso. Y digo forzado porque desde luego se llevaría a efecto sin nuestra aprobación, o peor aún, sin nuestro conocimiento.
Con una pareja usuario/contraseña configuramos acceso a muchos recursos/sistemas de índole tanto personal como profesional, al estilo de: cuentas de correo (en plural), almacenamiento en nube, acceso al ordenador, tiendas de aplicaciones (Apple Store, Play, Windows Store,..), servicio de ocio (Spotify, Netflix,..) etc …
Me declaro ahorrador de energía mental como para no tener que recordar uno de esos binomios por cada servicio. Como promulgan los gurús “simplifica tu vida”. Expresión que llevada a lo simplista (que no simple) suele equivaler a la misma combinación “comodín” en gran parte de ellos.
“Everything should be made as simple as possible, but not simpler (Albert Einstein).
Rompamos el paradigma de que una buena contraseña es una compleja contraseña para sustituirlo por una contraseña es una buena pieza de un sistema de seguridad.
Realmente las contraseñas deben quedar almacenadas en al menos dos ubicaciones. La primera es nuestro cerebro y la segunda es un sistema informático del que desconocemos realmente en qué consiste y que contiene el o los cerebros humanos que los gobiernan. Una contraseña compleja podría ser algo al estilo de:
%Jaaarrrr,Pedaz0Rrrr_de_Kontraseña!_Finstrodel15!$
Compleja de recordar es. Difícil que por el método de prueba/error alguien la averigüe también, pero ¿es segura? Si es copiada desde el sistema que la guarda por parte de “alguien”, se queda al mismo nivel de seguridad que otra más sencilla de recordar:
Finstro!2@
Eso no quita para que usemos reducciones simplistas de ellas (facilidades a los malotes las justas). Consejos elementales:
- Complejidad relativa y sencillas de recordar. Prueba a usar palabras propias de tu región o familia unidas a algún número o carácter especial.
- Usa distintas. Prueba a usar diferentes por grupos de servicios (temas personales, temas profesionales,..)
Una contraseña es condición necesaria pero no suficiente para proteger nuestra identidad=acceso a nuestros datos.
Veremos en próximas entradas como no dejar nuestra identidad en manos solo de una contraseña. Explicaremos y exploraremos los llamados (factores de doble autentificación). En esencia se basa en convertir la pareja usuario/contraseña en un trio!!! (o incluso más).